Cap. 2 Nada es lo que parece.

-¡Y con ustedes el gran mago Tony, denle un fuerte aplauso!- Habló con gran efusión el animador de la fiesta, mientras hacía su entrada el mago de avanzada edad, con un traje verde patente y un sombrero de Bombín del mismo color, llevaba una camisa blanca y una corbata naranja neón muy llamativa, en su mano izquierda tenía un bastón negro de madera pulida con una piedra dorada radiante, mientras que en su mano derecha tenía el micrófono.

-Buenas tardes querido público, ¿cómo están ustedes hoy?- Señalando a todos los niños que se encontraban sentados frente a él.

-¡Bieeeen!- Gritaron frenéticamente varios niños entre 6 y 7 años.

-¿Quién quiere ver un poco de magia esta tarde?-

-¡Yooo!- Volvieron a gritar los niños emocionados.

-¿Y dónde está el cumpleañero, a ver, a ver?- Dijo elocuentemente el mago con una sonrisa, del piso se levantó un niño de aproximadamente 5 años con una gran sonrisa elevando su mano.

-Vamos Carlitos- Abucheaba Cristian, el hermano mayor del niño, que se encontraba sentado en un taburete al lado de otros niños. Era un joven un tanto peculiar, delgado, alto, de cabello corto y ojos marrones claros, parecía tener más edad de la que aparentaba -ayuda al gran mago Tony- mientras el niño se acercaba al mago.

-¡Aquí está el joven homenajeado!¿Cómo te llamas?- Preguntó el mago acercándole el micrófono para que hablara.

-Car…- Pero justo antes de terminar su nombre le quitó el micrófono.

-Niño debes decir tu nombre- Habló al micrófono, entre tanto la gente se reía. Nuevamente le colocó el micrófono en forma de juego, pero justo antes de decir el niño su nombre, el mago volvió a quitar el micrófono -niño di tu nombre que el público espera- esta vez, un poco más jocoso. Todo el público se reía del juego hasta que volvió a colocarle el micrófono.

-¡CARLOS!- Gritó el niño desesperadamente para que se escuchara su nombre, pero esta vez el mago dejó el micrófono frente al niño.

-No grites, no hay necesidad, con el micrófono la gente te escucha- Los adultos que estaban observando no paraban de reír, los niños no paraban de reír e incluso el cumpleañero no paraba de reír -bueno, bueno, prometí magia y magia voy a hacer-

-¡HASTA QUE AL FIN!- Gritó un niño gordo con cachetes grandes que se encontraba en un rincón del lugar. Era el típico niño burlón que hay en cada fiesta y que siempre trata de ser el centro de atención con comentarios sarcásticos. Tony ya estaba acostumbrado a ese tipo de niños, llevaba años trabajando como mago para fiestas infantiles, así que no le prestó atención y prosiguió con su rutina.

-Bueno Carlos, vamos a sacar un animal del sombrero ¿qué animal te gusta para sacarlo?-

-El elefante-

-Esteeee algo más pequeño- Dijo el mago mientras todos reían por la inocencia del niño.

-Un ratón- Nuevamente las risas alborotaron el lugar.

- Algo más grande. Déjame ayudarte un poco, piensa en el animal que más te guste, que sea blanco, con orejas grandes, que tenga una cola esponjada y que come zanahorias-

-¿Un conejo?- Preguntó inocentemente el niño-

-Wao pensamos en el mismo animal, Carlos- La gente seguía riendo por las elocuencias del mago sin parar. -Entonces un conejo será- el mago se quitó el sombrero y lo puso justo frente al niño -bueno Carlos cuando yo diga las palabras mágicas, tu metes la mano y sacas el conejo del sombrero, ¿estás listo?- El niño asintió con la cabeza -ok, sin sala bin, sal conejo de allí. Y aquí está el conejo, un gran aplauso- pero el niño al meter la mano no sacó absolutamente nada. Tony con cara de despistado miró al niño -¿pero bueno y el conejo?- Le preguntó a Carlitos, y éste, un tanto frustrado, levantó los hombros.

-¡ABURRIDO!- Gritó el niño gordo de la esquina, pero nadie parecía prestarle atención.

-¿Qué hiciste con mi conejo Carlos?- Preguntó el mago al niño.

-Nada, no había nada- Dijo el niño inocentemente.

-¿Nada dices?, pero cómo no va a haber nada si en el sombrero está el conejo ¡mira!- Enseñándole el fondo del sombrero, que por supuesto, estaba vacío. Luego se lo enseñó al público -¿vieron que sí hay un conejo allí?-

Muchos niños gritaron que no había nada, que estaba vacío, mientras el mago revisaba el sombrero.
-Ese sombrero es falso tiene un doble fondo- Comentó el niño gordo nuevamente, pero esta vez el mago si prestó atención y lo observó a los ojos.

-Con que doble fondo- Increpó el mago de forma retadora -muy bien, en ese caso vamos a dejar el sombrero aquí- poniendo el sombrero en la cabeza de Carlitos, boca abajo. Le quedaba tan grande que pasó de largo casi tapando sus ojos y orejas.

-Pol ¡deja ya de fastidiar al mago!- Le exigió Cristian al niño gordo de la esquina -¿no ves que esta es una fiesta de niños? Si no te gusta, vete a comer otro perro caliente- pero Pol no le prestó atención.

-No te preocupes muchacho- Le respondió el mago al joven -sigamos con lo nuestro ¿bueno Carlos tú sabes por qué el conejo no salió del sombrero?- Preguntó Tony al niño arrodillándose frente a él -porque para que la magia suceda debes primero imaginarla en tu mente- tocando con el dedo índice la frente del niño, de una manera suave -así que cierra los ojos e imagina al conejo con muchas ganas ¿estás listo?-

-Sí- Afirmó el niño con los ojos muy cerrados como si estuviese pidiendo un deseo.

-Bueno, aquí vamos de nuevo, ¡sin sala bin, sal conejo de allí!- Levantó la voz el mago con ímpetu y suavemente tocó con su bastón el sombrero. El niño abrió los ojos, impresionado al sentir algo encima de su cabeza -¡y aquí está tu conejo!- Quitando el sombrero de la cabeza del niño haciéndose visible un pequeño conejo azul.

-¡Bravo! ¡Muy bien! ¡Excelente!- Gritaba la gente al ver el conejo posado muy tranquilo en la cabeza de Carlitos. El mago tomó con delicadeza la criatura y la colocó en las manos al niño quien al verlo saltó de la emoción.

-¡Bravo hermanito!- Aplaudió Cristian desde el taburete -¡eres un gran mago!-
-¿Por qué es azul?- Gritó Pol.

-¡Ah! esa es una buena pregunta- Contestó el mago agachándose frente a Carlitos -¿de qué color te imaginaste tú el conejo Carlos?- Preguntó el mago gentilmente.

-Azul- Respondió el niño mientras abrazaba suavemente al conejito contra su pecho.

-¡Y azul fue¡ La imaginación es magia y la imaginación de un niño no tiene límites, ¡un aplauso para este pequeño mago!- Todos aplaudieron con mucha fuerza, sorprendidos por el acto, entre tanto Carlos se acercaba a su hermano mayor para enseñarle el conejo. Cristian se bajó del taburete y se agachó, hasta quedar justo a la misma altura del niño.

-Que loco ¿verdad?- Dijo el joven muy alegre al ver la sonrisa del niño -¿cómo lo vas a llamar?- Preguntó.

-Tony, como el mago- Respondió el niño mostrándole el hermoso conejo de pelaje azul a su hermano.

-!LA MAGIA NO EXISTE¡- Gritó Pol de manera altanera.

-¡Deja de fastidiar!- Le dijo Cristian ya molesto.

-Con que la magia no existe- Habló el mago observando fijamente a Pol -haré un truco sólo para ti, niño- dijo el mago riendo -espero cambies de opinión luego de verlo. TEMPOS DENATUS- pronunció el mago lentamente y de pronto todo el lugar se paralizó, las voces se callaron, la gente quedó inmóvil, la música de fondo dejó de sonar, parecía como si el tiempo se hubiese congelado. Pol quedó estupefacto al ver todo el lugar estático -la magia-recalcó el mago acercándose poco a poco a Pol -es la energía más poderosa que existe y niños malcriados y groseros como tú deben aprender a respetarla- terminando sus palabras justamente frente a un niño aterrado. Sin dudarlo, Pol salió corriendo del lugar, del susto se llevó por delante una silla y cayó tendido de largo a largo boca arriba, mientras el mago lo seguía con la vista. Rápidamente Pol comenzó a gatear gritando y huyendo por una puerta de vidrio hacia el jardín de la casa -bueno, con eso bastará- expresó el mago riendo.

-¿Cómo haces eso?- Preguntó Cristian asombrado, mirando al mago. Frente a él se encontraba su hermanito con una sonrisa petrificada, con el conejo azul entre las manos. La cara del mago al voltear y ver a Cristian moverse hacia él lo dejó perplejo -¿cómo detuviste el tiempo?- le demandó caminando entre la gente estática.

-No es posible- Dijo el mago viéndolo acercarse.

-¿Cómo lo hiciste?- Ya, frente al mago que lo miraba sin palabras. Su atención fue interrumpida súbitamente al ver como todo el cuarto se oscurecía, parecía como si la noche hubiese encontrado refugio en aquella casa y hubiese entrado a la fuerza. De la nada apareció una figura encapuchada, con un gran manto azul de bordados del mismo color pero mucho más intenso, que iluminó el lugar. Se acercó poco a poco hasta estar detrás del mago. Luego, dijo unas palabras al oído de Tony y desapareció, tras de lo cual volvió la claridad de las luces a la sala. La noticia que acaba de escuchar lo desconcertó por un momento; y su mirada cambió de asombro a preocupación.

Cristian, quien había visto todo lo sucedido preguntó -¿éste es otro truco? ¿Quién era ese? ¿Uno de tus asistentes?- Las palabras de Cristian sacaron del estado de conmoción al mago quien lo miró fijamente y alzando su bastón tocó el piso pronunciando las siguientes palabras ¨LIBÉRATE¨ transformándose en una sombra que rápidamente retrocedió, hasta quedar frente a los niños que permanecían sentados delante de él desde el comienzo del espectáculo. Todo el lugar cobró vida de nuevo, las risas, los aplausos, la música, las palabras se escuchaban y la gente siguió su rutina como si nada hubiese pasado, como si el tiempo nunca se hubiese detenido; uno de los invitados que estaba cerca de Cristian, recobró su movimiento, llevándoselo por delante y tumbándolo al suelo estrepitosamente.

-Pero muchacho ¿tú no ves por donde caminas?- Dijo el tío Mario sacudiéndose el refresco de la camisa que con el golpe contra Cristian se echó encima -ahora me ensucié toda la camisa gracias a ti Cristian-

-Perdón tío- Habló el joven que aún no entendía lo que pasaba -fue mi culpa no te vi-

-Si, me doy cuenta- Ayudándolo a levantarse.

-¡Y eso ha sido todo por hoy querido público! Fue un placer, tengan una excelente velada, buenas tardes- Se despidió el mago haciendo una reverencia y salió del lugar rápidamente.

-Tío discúlpame- Cristian salió corriendo detrás del mago, dándole alcance justamente afuera de la casa. -¡ESPERA!- gritó -¿qué fue todo eso?- caminando ya detrás del mago que iba a paso rápido, dejando caer su peso sobre el bastón que llevaba en su mano izquierda.

-Nada- Dijo sin detenerse.

-¿Nada? Acabo de ver como se detuvo el tiempo y una sala se oscurecía, cómo una capucha apareció de la nada a decirte algo al oído y desaparecer nuevamente, ¡para colmos! Todo vuelve a la normalidad y mi tío me tumba. No me digas que no pasó nada-

-Siento lo que pasó con tu tío- Ya caminando por la calle -no debiste ver nada de eso, no entiendo lo que pasó- respondió el mago mirando hacia todos lados.

- Pero Pol, el niño gordo fastidioso, también lo vio-

-Porque yo así lo quise, pero tú- En ese momento el mago se frenó en seco y fijó la mirada en el muchacho, detallándolo de arriba abajo -tú eres diferente- reanudando el paso rápidamente -¡vete a casa niño!-

-¿Diferente? explícame por favor-

-¡Vete a casa niño, ya no me sigas!- Bajó la mirada hacia los zapatos del muchacho y dijo con firmeza -ENSENDRA- las suelas de los zapatos de Cristian comenzaron a derretirse hasta quedar prácticamente fusionadas en el pavimento de la acera. Logrando que éste quedara como un poste sin poder avanzar -¡VETE A CASA!- Gritó el mago cruzando la esquina.


-¡Espera, espera!- Le suplicó Cristian desatándose los zapatos prácticamente soldados al suelo. Le tomó un par de segundos zafarse, corrió en medias hacia la esquina, pero justo antes de llegar vio un destello verde intenso y al cruzar, ya el mago no estaba. Volvió la mirada hacia los zapatos que ahora formaban parte de la acera y agarrándose la cabeza exclamó -¡eran zapatos nuevos, mi mamá me va a matar!- 

7 comments:

  1. Leí estos capítulos y olvidé el mundo real; me encantó la combinación de fantasía, suspenso y ese toque de comedia. No puedo esperar para continuar leyendo esta aventura mágica... ������

    ReplyDelete
  2. Venga me encanta . Vamos a seguir viviendo este mundo mágico,

    ReplyDelete
  3. Cualquier parecido con la realidad es pura coincidencia!!! No puedo con el niño gordo!!! Quiero mas!!!

    ReplyDelete
  4. muy buen libro que interesante.... ME ENCANTO

    ReplyDelete